Con piel blanca y grandes ojos azules, Gerhard Bartels,
ahora de 83 años, representaba el niño perfecto para las propagandas
publicitarias de los nazis. Hoy, 80 años después de aquel retrato, habla
por primera vez en su vida sobre la experiencia que tuvo junto a Adolfo Hitler.
"No me gustaban esos encuentros, yo lo que quería era jugar con mis amigos. Tenía solo cuatro años, pero ya era consciente de que me manipulaban", asegura Gerhard al diario británico Daily Mail.
El entonces pequeño Bartels fue invitado a participar en las
sesiones fotográficas porque su tío, Isidor Weiss, era amigo de Hitler
desde la primera guerra mundial.
Gerhard Bartels, 80 años después de aquel retrato con el líder nazi Adolf Hitler. (Foto: Daily Mail)
"Estaba contento de que me saquen una fotografía, porque pensaba que ...
tendría una porción más grande de torta de manzana. El fotógrafo, Heinrich Hoffmann tomó todas las fotos, pero ochenta años después todavía estoy esperando la torta", ironizó.
Para la sesión fotográfica, los padres de Gerhard le pusieron uno de sus mejores trajes que tenía, pues, según ellos, “era un día muy especial”.
“Hitler era un gánster. Los nazis me usaron con fines de propaganda. Se me usó para mostrar el amor de Hitler por los niños. Pero todos los dictadores hicieron lo mismo, desde Mussolini a Stalin”, dijo durante la entrevista.
Recuerda, además, que tuvo que saludar a Hitler con el saludo tradicional de esa época: "Heil Mein Fuhrer".
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