El traslado de recinto o de celda es una medida que no agrada a los
reclusos de la cárcel La Victoria, porque ese espacio que ya controlan,
aunque en estado de hacinamiento, lo han convertido en su “hogar”, y
hasta en su negocio.
“Cuando usted le habla de traslado a un preso se quiere morir, porque
este es un hábitat cómodo”, afirma Domingo de la Cruz, quien tiene 62
años de edad y 14 de reclusión.
El traslado a un lugar solitario e incómodo es precisamente el castigo
que reciben los reos cuando violentan las reglas de convivencia en el
penal. De la Cruz, quien es el enlace de seguridad entre los presos y
las autoridades, sostiene que el preso que intentó agredir a otro se le
cambia de área inmediatamente. Sin embargo, esa medida es motivo de
motín, como el ocurrido el pasado viernes 16 de octubre, que provocó un
muerto y seis heridos.
Para mudar un preso de área se requiere contar con la autorización del
alcaide, lo cual se exige debido a que los traslados de celdas sin
notificación a las autoridades generaron inconvenientes en el pasado.
“Eso daba dificultad para ubicarlos cuando iban a las audiencias”,
apuntó el director de Prisiones, quien habló con el director de Listín
Diario, Miguel Franjul, y otros ejecutivos y redactores del periódico
durante un Desayuno realizado el jueves 15 de octubre en la cárcel.
Para tratar de mantener el orden, en el penal se ha puesto en marcha un
plan, consistente en la designación de un recluso encargado por cada
celda, como parte de un esfuerzo mancomunado entre reclusos y las
autoridades.
El plan inició a partir del 2004, involucrando a los reclusos más
tormentosos, los cuales fueron nombrados representantes de celdas. Según
contó De la Cruz, fue una forma de comprometerlos. En la actualidad,
en la cárcel hay 100 encargados, distribuidos en todas las celdas que
existen en el penal.
Esos reclusos tienen comunicación directa con las autoridades, a las
cuales mantienen informadas de lo que ocurre allí, y se ocupan de
dialogar con sus compañeros de encierro para que comprendan la necesidad
de que en sus espacios haya paz.
“Tenemos una comunicación directa con las autoridades, desde que
amanece, cualquier caso los encargados de áreas se acercan a nosotros
para ver qué novedad tenemos”, indicó De la Cruz, quien está preso desde
el 2001 por violación sexual, por lo cual fue condenado a 20 años de
prisión.
Cuenta que esos encargados de celdas tienen la potestad de sugerir el
traslado de un preso hasta porque discutió con otro, para lo cual llaman
rápidamente al encargado de seguridad, para que le dé apoyo.
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