Más que el típico temor que suele generar
la posible llegada de un ciclón, la proximidad del huracán Danny-que
bajó anoche a categoría 2 en el boletín de las 11:00 p.m.- ha despertado
en muchos la esperanza de que la lluvia que pueda traer dé punto final
al racionamiento del servicio de agua -que afecta a 1.3 millones de
ciudadanos- como consecuencia de la sequía.
“Se ve en la calle, lo palpas en las redes. Lo
que expresan en broma y en serio es la esperanza de que el huracán va a
acabar con la sequía y el racionamiento”, expuso el sociólogo y
planificador Carlos Carrero. “En las redes sociales hasta vi un mapa
con una ruta alterna del fenómeno que dice que ‘tenemos tan mala suerte
que no pasará por Puerto Rico’”.
Al cabo de 100 días de interrupciones
programadas en el servicio de agua que afectan a residentes en 22
municipios, “la gente está pensando en la lluvia, no están
visualizando el fenómeno con la peligrosidad que pueda traer”, agregó
Carrero.
Con esta apreciación coincidió el sicólogo
clínico Alfonso Martínez Taboas. “Al pasar por una sequía tan
prolongada, este fenómeno ha puesto tolerancia de los puertorriqueños a
prueba y la detestamos”, dijo en referencia a los efectos adversos que
ha tenido para la agricultura, los negocios y la vida cotidiana de los
ciudadanos. “De momento viene este huracán, que en circunstancias
normales estaría la gente rezando para que no pase, pero ahora creo que
están rezando para que pase cerca”.
Otros eventos recientes que han puesto a prueba
la tolerancia de los boricuas, como la crisis económica, el desempleo y
el aumento del Impuesto sobre Ventas y Uso a 11.5%, sumados al
racionamiento, también pueden provocar que la gente no le dé tanta
importancia al ciclón que se aproxima.
“La persona piensa: ‘subieron los impuestos, no
tengo trabajo, me siguen cobrando el préstamo y no puedo preocuparme por
un huracán ahora’. Si el huracán se acerca para el lunes o el martes,
ahí será el corre y corre porque ya lo tienen encima”, apuntó el
sociólogo Carrero.
Agregó que, debido a la ubicación de Puerto Rico
en la zona por la que suelen pasar tormentas todos los años, “estamos
tan acostumbrados que no las vemos con peligrosidad”.
Además, Martínez Taboas recordó que hace 17 años
que un huracán fuerte no impacta directamente a Puerto Rico como lo
hicieron ciclones como Hugo en 1989 y Georges en 1998, por lo que “la
gente no tiene fresca la memoria del fenómeno en sus vidas y muchos
jóvenes no han vivido eso y no saben realmente las secuelas desastrosas
de esos fenómenos”.
Todo esto abona a que el huracán Danny sea visto
como la solución al racionamiento, pues podría traer mucha agua, “pero
puede ser peor el remedio que la enfermedad si coge fuerza”, apuntó el
sicólogo, quien también es catedrático en la Universidad Carlos Albizu,
en San Juan.
De hecho, en un sondeo realizado por El Nuevo
Día en la Plaza del Mercado de Santurce, varias personas opinaron que
el huracán Danny podría eliminar el racionamiento, pero también
ocasionaría otros problemas al País que podrían ser preocupantes.
“Hay que esperar a ver lo que llega. Puede que
sea como el proyecto de sembrar nubes, que están sembrando una semilla
malísima y recogen el fruto de la lluvia en República Dominicana y
Haití. La lluvia de ese evento atmosférico nos hace falta, pero si
cuando caiga tienen que abrir las represas porque no se hizo el dragado y
los embalses no tienen capacidad, pues no habremos resuelto nada”,
aseguró Felipe Santana, ?un retirado que reside en Santurce.
Mientras, Verónica Prieto, una colombiana que
reside en Puerto Rico hace 15 años, opinó que solo un huracán podría
provocar la suspensión del racionamiento.
“Necesitamos esa lluvia. Todo en la vida tiene un
precio y todo siempre te pasa factura. La verdad es que uno puede estar
sin luz, pero sin agua no. Nosotros somos un 70% agua, lo que significa
que necesitamos el agua más que otra cosa”, dijo Prieto.
En tanto Luis A. Negrón, dueño de El Coco de
Luis, sostuvo que el ciclón podría ser una navaja de doble filo entre
solucionar el racionamiento y traer otros problemas al País. “Este
evento puede ocasionar problemas en los hogares y con la situación
fiscal de la mayoría de los puertorriqueños, si ocasiona daños en las
viviendas, podría ser peor el remedio que la enfermedad, que es la
sequía y el racionamiento”, subrayó Negrón.
Por su parte, Sandra Valentín, otra residente
santurcina, insistió en que el huracán Danny debe llegar a Puerto Rico,
pues se ha convertido en insoportable el racionamiento. “Qué venga el
huracán porque esta sequía ya no se aguanta”, dijo Valentín.
Sin estimado de lluvias
Por otro lado, aunque el huracán Danny alentaba
esperanzas de lluvia para la Isla, lo cierto es que ayer no se había
informado de algún estimado acerca de cuánta precipitación podía traer
el sistema a la Isla. “El Centro Nacional de Huracanes (CNH) no tiene
todavía un estimado de pulgadas de lluvia, dijeron que es muy temprano
para eso”, dijo el meteorólogo José Álamo, del Servicio Nacional de
Meteorología.
Según el informe que NOAA divulgó ayer a las
11:00 p.m., el fenómeno atmosférico se encontraba fuera de la zona del
mar Caribe, había bajado a categoría 2 en la escala Saffir Simposon y
tenía vientos máximos sostenidos de 110 millas por hora. Sus vientos de
huracán se extendían hasta 15 millas de su centro y los vientos con
fuerza de tormenta se extendían hasta 60 millas del centro. Al cierre de
esta edición, no se había emitido vigilancia ni aviso de huracán para
las Antillas.
“Se espera que el sistema entre en un ambiente
más hostil y se debilite rápidamente, entrando a nuestra área como
tormenta”,indicó Álamo, para luego explicar que Danny debe toparse en el
Caribe con polvo del Sahara y vientos cortantes fuertes que pueden
dificultar su desarrollo.
Sin embargo, ayer no se preveía que estos
factores modificaran la ruta que llevaba el huracán, cuyo movimiento era
en dirección al oeste noroeste a 10 millas por hora. “Cerca de las 6:00
a.m. del martes estará bien cerca de Vieques. Debe pasar cerca de
Humacao dos horas más tarde y de Mayagüez a eso del mediodía”, dijo.
Otras ondas en camino
Y mientras la atención de los boricuas se centra
en Danny el CNH vigila dos ondas tropicales que están cerca de las
costas de África y que muestran probabilidades de desarrollo ciclónico.
Según un informe emitido ayer a las 8:00 p.m.,
una onda situada entre la costa oeste de África y las islas de Cabo
Verde produce lluvias desorganizadas y tormentas eléctricas mientras se
mueve hacia el oeste a una velocidad de 25 millas por hora sobre el
océano Atlántico. Esta tenía menos del 20% de probabilidades de
desarrollarse en las próximas 48 horas, pero esas posibilidades
aumentaban a 40% en los próximos cinco días.
Además, se espera que otra onda tropical se mueva
frente a la costa oeste de África en un par de días. Sus probabilidades
de desarrollo para las próximas 48 horas están cerca del 0%, según el
CNH.
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