(CNNMéxico) — Explosión y de inmediato, silencio.
Silencio mortal cuando cayeron las bombas. Silencio sepulcral cuando
llegó la censura. Silencio doloroso cuando por fin se pudo hablar del
tema. Silencio avergonzado al recordar el episodio 70 años después.
"Es un tema muy difícil", dice Tomoe Saito, de 21 años, estudiante
japonesa de Comunicación de la Universidad de Tokio, en entrevista con
CNNMéxico.
La caída de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki los días 6 y 9
de agosto de 1945 es un tema del que poco hablan los jóvenes japoneses,
pues representa la derrota frente a los Aliados en la Segunda Guerra
Mundial, el horror de las más de 260.000 víctimas mortales en las dos
ciudades y, además, la consecuencia del "error" de Japón por participar
en la guerra.
"Hay que hablar de las bombas para que no se vaya a repetir el error,
para evitar la guerra", opina Karen Oami, de 22 años, en un intento por
aumentar el poco debate que se da sobre este tópico en la nación
asiática.
¿Por qué no se habla del tema?
Los jóvenes se han enfrentado, básicamente, a dos visiones respecto
al bombardeo atómico. La primera, la del gobierno, es que las ciudades
atacadas hace 70 años exponen un Japón “víctima”, por lo que prefieren
no ahondar en esa conversación y mejor limitarse a las conmemoraciones.
"La posición oficial ha sido acompañar simbólicamente a las ciudades
de Hiroshima y Nagasaki durante las conmemoraciones", explica Silvia
Lidia González, periodista y académica de la Universidad de Tokio. "Pero
ha sido incómodo profundizar en estos temas, puesto que Hiroshima y
Nagasaki representan el papel de Japón como víctima de la guerra".
La segunda visión es la del "error". Muchos consideran que los
bombardeos son consecuencia de las acciones de Japón al participar en la
guerra. Muestra de ello, es el cenotafio que recuerda a las víctimas de
la bomba en Hiroshima, donde se lee: "Descansen en paz, para que el
error no se repita".
Por otro lado, un factor determinante más para este silencio son los
sobrevivientes que fueron estigmatizados y que cargan un dolor muy
grande; muchas veces prefieren no hablar.
"Las víctimas fueron y son discriminadas porque se crearon muchos
mitos sobre las malformaciones genéticas y los posibles efectos de la
radiación en ellos", dice González. "Mucha gente no dice nada porque no
quiere demostrar que fue testigo o que fue expuesto a la explosión
atómica".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario