MÉXICO. México mantenía este lunes su intensa búsqueda de Joaquín “El
Chapo” Guzmán, el poderoso narcotraficante que volvió a esfumarse el
sábado de un penal de máxima seguridad.
Sin rastro del capo a más de 38 horas de su espectacular huida por un
sofisticado túnel cavado debajo de una ducha, sobrevuelan muchos
interrogantes sobre qué permitió que el líder del cártel de Sinaloa se
escapara del penal El Altiplano, ubicado a 90 km de la capital, 17 meses
después de su aclamada captura.
Desde Francia, donde se encuentra
en visita de Estado, el presidente Enrique Peña Nieto ordenó la
persecución masiva de Guzmán, que está siendo buscado en varias regiones
mexicanas por cientos de elementos de la Policía Federal, el Ejército y
la Marina Armada, y mostró su confianza en que pronto sea recapturado.
Estados
Unidos ofreció su ayuda para apresar “rápidamente” a Guzmán,
considerado hasta su entrada en prisión como el narcotraficante más
poderoso del mundo, por el imperio criminal que erigió en varios
continentes.
El exjefe de operaciones internacionales de la
Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) Mike Vigil dijo a la AFP que las
primeras 48 horas son clave para poder recapturar a Guzmán y auguró
que, si ello no se logra, “recuperará completamente el control del
cártel de Sinaloa” .
Pese al impacto que ha tenido la fuga en
México y el extranjero, Peña Nieto decidió permanecer en Francia y
ordenó el retorno a México al secretario (ministro) de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, para que encabece las investigaciones.
Osorio
Chong acudirá el lunes al penal junto a legisladores federales y
comparecerá ante la prensa en la tarde, según un comunicado de su
oficina.
Incredulidad y sospechas
En México, todos los
periódicos destacaban el lunes la fuga del capo en sus portadas y
algunos editoriales y columnistas recordaban las declaraciones de hace
un año de Peña Nieto reconociendo que sería “imperdonable” que se les
volviera a escapar.
“Al menos dos veces, con sus dos fugas, ’El
Chapo’ Guzmán ha puesto en ridículo al gobierno mexicano”, señaló el
escritor Héctor Aguilar Camín en su columna del diario Milenio.
El
diario Reforma preguntaba en su primera plana cómo es posible que para
la construcción del túnel se extrajera, según cálculos de expertos,
3.250 toneladas de tierra de los alrededores de la prisión sin que
ninguna autoridad ni las tecnologías de seguridad del penal se
percataran de ello. Otros medios pedían investigar si hubo filtración al
cártel de los planos de la prisión El Altiplano.
La segunda fuga
de “El Chapo” de una prisión de máxima seguridad mexicana puede
agigantar las leyendas que le rodean. La primera vez que se evadió fue
en 2001 escondido en un carrito de lavandería.
Después de
fortalecer su negocio y sostener sangrientas batallas contra sus
enemigos durante los 13 años que vivió en la clandestinidad, “El Chapo”
fue detenido en febrero de 2014 y el gobierno de Peña Nieto presentó la
captura como su mayor triunfo en la lucha contra el narcotráfico.
Sin
embargo, si ahora “logra llegar a Sinaloa y esconderse en sus montañas,
va a ser muy difícil su captura porque ahí tiene la protección de sus
habitantes”, señaló Vigil.
“Corrupción o amenazas”
Desde
el domingo, la fiscalía general toma declaración a una treintena de
empleados de El Altiplano, entre ellos su director, para establecer si
jugaron algún papel en la fuga de “El Chapo”.
Sin que se
percataran las cámaras de la prisión, Guzmán huyó por un orificio cavado
debajo de la ducha de su celda, que daba a un túnel de 1,5 km que tenía
alumbrado, ventilación y hasta una motocicleta adaptada sobre rieles.
Este
tipo de fuga “no se puede hacer sino a través de la corrupción o de la
amenaza a custodios. No sólo se trata de ofrecer dinero, sino de
amenazar a sus familias”, cree Javier Oliva, experto en seguridad de la
pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) .
Con miedo
de que la fuga de hace 14 años pudiera repetirse, desde Estados Unidos
se había solicitado la extradición del capo, que es perseguido en ese
país por diversos crímenes y es considerado el enemigo público número 1
en la ciudad de Chicago (Illinois, norte).
El gobierno mexicano
rechazó la petición estadounidense alegando que antes debía pagar por
sus crímenes en el país y que esta vez no había riesgo de fuga.
Con
su popularidad a la baja desde la desaparición y presunta masacre de
los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre, la huida de Guzmán
supone un duro golpe para el gobierno de Peña Nieto, que había hecho de
la eficacia y coordinación interna, sus banderas para enfrentar al
crimen organizado.
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