(CNN)– Los turcos dieron una sorpresiva victoria al
Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), del presidente Recep
Tayyip Erdogan, en las elecciones del domingo.
El AKP, liderado por el primer ministro, Ahmet Davutoglu, parece
haber conseguido una gran mayoría suficiente en el parlamento, según los
resultados preliminares dados a conocer por la Agencia semioficial de
noticias Anadolu.
Los resultados preliminares muestran que el AKP logró 316 escaños,
más de los ...
276 necesarios para gobernar en solitario, pero lejos de los
330 necesarios para realizar los cambios constitucionales para un
referéndum sin negociar con otros partidos.
El Partido Republicano del Pueblo, de centro-izquierda (CHP), logró
134 escaños. Fue seguido por el prokurdo Partido Democrático (HDP), con
56 escaños y del derechista Partido del Movimiento Nacionalista con 41
escaños, según los resultados preliminares.
En junio, el AKP no pudo conseguir los votos suficientes para formar
un gobierno y los intentos de formar una coalición fracasaron. Ese voto
asestó un fuerte golpe a los más de 12 años de dominio en el Parlamento
del AKP, fundado por el presidente Erdogan. Los analistas predicen que
el mandato renovado del AKP podría reavivar los esfuerzos de Erdogan
para transformar el gobierno turco en un sistema presidencial.
Las encuestas de opinión y analistas habían pronosticado una
repetición de los resultados de junio y no pudieron prever el aumento de
casi el 9% de los votos del AKP.
Atentado suicida acrecentó las divisiones
El golpe más brutal al cuerpo político de Turquía durante este
período llegó hace tres semanas, cuando dos atacantes suicidas de ISIS
mataron a más de 100 personas en una manifestación por la paz en el
corazón de la capital, Ankara.
En vez de llevar a la población a una postura unida, los horribles
atentados solamente parecían exacerbar las amargas divisiones. Miembros
de la oposición culparon al gobierno por no asegurar la manifestación y
se renovaron las acusaciones de que el AKP hace la vista gorda a los
militantes de ISIS que operan en Turquía.
El ataque, el más mortífero en la historia de la Turquía moderna, fue
dirigido contra una manifestación liderada por los izquierdistas y
sindicalistas para pedir el fin de los combates entre el gobierno y los
militantes kurdos.
El frágil alto el fuego con el Partido de los Trabajadores del
Kurdistán (PKK,) se derrumbó en julio. El PKK acusó al gobierno turco de
complicidad en un atentado suicida en el que murieron más de 30
personas que estaban organizando una entrega de ayuda a Kobani, una
ciudad siria que los combatientes kurdos le arrebataron a ISIS a
principios de este año. Las autoridades culparon a ISIS del ataque.
El PKK, que ha luchado contra el Estado turco durante décadas, mató a
dos agentes de policía en represalia por el atentado, lo que
desencadenó una nueva espiral de violencia. Turquía comenzó a bombardear
posiciones del PKK en el norte de Iraq y en el interior de sus propias
fronteras.
También comenzó a tratar de reprimir a los diferentes grupos que el
gobierno considera que son las organizaciones terroristas. Las redadas
se llevan a cabo regularmente en Turquía, con un gran número de
detenciones.
Los opositores del AKP dijeron que el gobierno ha estado utilizando
la lucha contra el terrorismo para reprimir las voces disidentes en los
medios de comunicación y el uso de la política del miedo para ganar
votos, ignorando la creciente amenaza de ISIS.
Aunque el AKP ha conseguido este buen resultado en las urnas, el país
sigue amargamente dividido sobre el manejo del PKK, así como la
política exterior hacia la guerra en Siria, que ha permeado,
invariablemente, a través de sus propias fronteras.
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