"El precio de las propiedades
que llevan el nombre de Trump no se va a modificar porque Trump diga
esto o aquello", explica a la AFP Jang Jae-Hyun, experto en
asuntos inmobiliarios de Real Today, en Seúl (Corea del Sur), donde en
2007 se inauguraron seis edificios residenciales Trump.
Pero,
advierte, si Donald Trump sigue pronunciando palabras agraviantes, "las
empresas podrían empezar a interrogarse acerca de la conveniencia de
usar su nombre en sus proyectos".
La
cuestión se plantea en los proyectos aún no iniciados, como en Rio de
Janeiro, donde Trump vendió su marca para cinco torres de oficinas en
una zona portuaria. La obra comenzará a fines de 2015, y un hotel Trump
también se inauguraría en Rio antes de los Juegos Olímpicos el año
próximo.
"No
sé si (las palabras de Trump) serán negativas, pero no serán positivas
", admite Thierry Botto, cuya empresa Cushman & Wakefield tiene la
exclusividad para alquilar las futuras oficinas.
La
marca Trump cuesta muy cara: más de cinco millones de dólares de
royalties en 2014 en Panamá, entre uno y cinco millones por las torres y
el centro comercial Trump de Estambul, entre 100.000 y un millón de
dólares en Manila y Bombay, según la declaración financiera de Donald
Trump en la comisión electoral estadounidense.
Esos arreglos le permiten evitar pérdidas en caso de quiebra, como ha ocurrido con el golf Trump de Puerto Rico.
Para
el magnate, su nombre es su principal riqueza: en junio evaluó la marca
Trump en 3.300 millones de dólares, es decir más de la tercera parte de
su fortuna neta declarada --una cifra muy sobrestimada, según Forbes,
que estima su riqueza total en 4.100 millones de dólares.
En
la sede central del imperio Trump en Nueva York, niegan que la
controversia política haya provocado el alejamiento de ningún socio. "La
marca Trump es increíblemente fuerte", asegura un portavoz a la AFP.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario